Fuentes del siglo XVI designan al sitio como “Zamá”, que posiblemente se refiera a la palabra maya correspondiente a “mañana”, lo cual es comprensible porque se encuentra emplazado en la zona más alta de la costa oriental, donde contemplar el amanecer es un espectáculo maravilloso.
El nombre de Tulum, por tanto, parece ser relativamente reciente. Traducido al español como “muralla” o “palizada”, en clara alusión a la muralla que aquí se conserva, esta denominación parece haber sido empleada para designar a la ciudad cuando ya estaba en ruinas. El sitio era nombrado Tulum en el siglo XIX, cuando Stephens y Catherwood lo “redescubrieron” completamente abandonado, justo antes del inicio de la rebelión indígena conocida como “Guerra de Castas” (1847).
Tulum es uno de los sitios americanos registrados más antiguamente por el mundo occidental. En 1518, el cronista español Juan Díaz narraba haber visto una ciudad “tan grande como Sevilla”, con una torre que sin duda era El Castillo de Tulum, lugar ocupado en ese entonces por los habitantes de esa jefatura maya independiente.
Importancia
Tulum es el mejor y más conocido ejemplo del estilo Costa Oriental, nombre con el cual se designa al tipo arquitectónico de los edificios mayas construidos en la costa norte de Quintana Roo entre 1200 y 1550 de nuestra era. Sus estructuras, en particular El Castillo y el Templo de los Frescos, destacan por su buena conservación y por la gran calidad de las pinturas murales que aún se conservan en el interior de ambos.
Por ser el más ampliamente estudiado, tanto en el aspecto arqueológico como en el etnohistórico, la visita a Tulum es fundamental para entender la vida y costumbres de los mayas que vivieron durante el periodo Postclásico en Quintana Roo.
Los edificios actualmente visibles en Tulum pertenecen en su totalidad al último período de ocupación prehispánica de la península de Yucatán: el Postclásico medio - tardío (1200 – 1550). La presencia de algunos elementos claramente asociables a períodos más antiguos, como la estela 1, fechada en 564 de nuestra era, así como de la estructura 59, que contiene algunos elementos estilísticos del período Clásico tardío, indican que el asentamiento pudo haberse originado en una época considerablemente más antigua, quizás el Clásico temprano (400 o 500 de nuestra era).
Estudios arqueológicos publicados en los últimos años indican que existe evidencia consistente para asegurar que Tulum habría sido una de las principales ciudades mayas de los siglos XIII y XIV. El investigador Ernesto Vargas destaca su ubicación estratégica entre las provincias (kuchkabaloob) de Cochuah y Cozumel, lo cual, sumado a su emplazamiento sobre la elevación más alta de la región y su eficiente sistema defensivo, lo convirtió en un asentamiento ineludible para cualquier ruta comercial y para la explotación de los ricos recursos marítimos de la costa de Quintana Roo. De acuerdo con el autor mencionado, Tulum habría funcionado políticamente como un asentamiento (o batabil) independiente del dominio de otras provincias, hasta prácticamente la llegada de los españoles en el siglo XVI, cuando fue definitivamente abandonado.
Además, Tulum es el sitio más conocido y publicitado de Quintana Roo, y no puede faltar en el itinerario de cualquier visitante. Aunque se le conoce más por la belleza de sus playas, el diseño urbano, la muralla y las pinturas murales son atractivos ineludibles de la zona arqueológica.
Descripción del sitio
Al encontrarse con el antiguo asentamiento prehispánico, el visitante podrá ver los edificios que en su momento constituyeron el núcleo principal (ceremonial y político) de la ciudad, monumentalmente delimitados por la muralla más conocida del mundo maya. En el entorno, en un área que para su protección no puede ser visitada actualmente, se encontraba un enorme número de casas construidas de madera y palma, de las cuales hoy se conservan pequeñas evidencias.
La muralla de Tulum delimita al conjunto principal por sus lados norte, sur y oeste, ya que el sector oriental mira directamente al mar Caribe. Cuenta con cinco accesos y dos torres de observación, que dan cuenta del grado de control que en su momento se ejerció sobre quienes pretendieron entrar a esta zona.
En el área central del sitio se encuentran los edificios principales, delimitados por una segunda muralla interior; la mayor parte de estas edificaciones tuvo funciones de tipo ceremonial. El Castillo es el más sobresaliente por su tamaño, ubicación y la singular fachada de su templo superior, con tres accesos ornamentados con columnas serpentinas, complementados con una deidad descendente y dos mascarones zoomorfos en las esquinas. Cabe mencionar que la imagen actual de El Castillo es producto de diversas etapas constructivas, la más reciente de las cuales está representada por dos pequeños templos ubicados a ambos lados de la escalera principal. Al frente de El Castillo hay una plataforma, posiblemente para danzantes, y a los costados otros edificios que complementan el arreglo del conjunto, entre los más relevantes figura el Templo de la Serie Inicial, donde se encontró la fecha más temprana documentada en Tulum: 564 d.C.
Al norte se encuentra el Templo del Dios Descendente, conformado por un pequeño basamento sobre el que se construyó un edificio ornamentado con la imagen de esa deidad, principal elemento iconográfico de la ciudad.
Frente al conjunto antes descrito se encuentra la calzada principal: una verdadera calle sobre la que se ubicaron diversos edificios residenciales, el más importante de los cuales es el Templo de los Frescos, construcción originalmente conformada por una habitación rodeada por un pórtico en tres de sus lados. Las pinturas murales que se conservan en sus paredes retratan, según el investigador Arthur Miller, a una serie de seres sobrenaturales residentes en el inframundo, que por un momento aparecen retratados entre la oscuridad y la luz, y constituyen uno de los más importantes testimonios de la pintura mural maya prehispánica. Las esquinas del edificio están ornamentadas por mascarones con elementos serpentinos que posiblemente simbolizan su asociación con Kukulcán.
La Casa de las Columnas y la Casa del Halach Uinik, ubicadas en el área de la calzada, constituyen interesantes ejemplos de la arquitectura residencial de Tulum, en tanto que la Casa del Cenote ubicada en el sector norte del conjunto amurallado, documenta la importancia que los mayas habrían dado al culto acuático, especialmente al vinculado a los cenotes y a la oscura liquidez que albergaban.
El Grupo Kukulcán, ubicado justo al norte de El Castillo, comprende diversas estructuras menores, siendo la más notable el Templo del Dios del Viento, nombrado así por la redondez de su basamento, tradicionalmente relacionado con Kukulcán como dios de los vientos, o con Ehecatl, la deidad equivalente en el centro de México.
El área de la caleta es una pequeña entrada del mar entre las rocas, suficiente para que atracaran las naves mayas dedicadas al comercio en torno a la península. Hoy esta área se encuentra cerrada a la visita, pues es una zona dedicada a la conservación y anidación de tortugas marinas.
Los visitantes interesados en nadar en la hermosa playa de Tulum pueden bajar la escalinata de madera construida junto al acantilado, que permite el acceso a la playa sur del sitio prehispánico y que constituye un atractivo más de la visita al sitio.
Servicios disponibles en la Zona Arqueológica de Tulum
La zona arqueológica no cuenta con estacionamiento propio, aunque existe uno en el centro comercial que cobra una tarifa módica, no controlada por el INAH.
El trayecto de cerca de 1 kilómetro ubicado entre el estacionamiento y la entrada a la zona puede hacerse a pie o a bordo de un pequeño tren (tampoco relacionado con el INAH), cuya tarifa es de 20 pesos (recorrido redondo).
También, se debe mencionar que en la zona arqueológica hay una tienda, un área de expedición de boletos, sanitarios y guías certificados que ofrecen recorridos durante las horas de visita.
En el poblado y en la periferia de la zona existen instalaciones hoteleras y restaurantes, así como diversos establecimientos dedicados a la venta de artesanías de la región.
Horario
Lunes a domingo de 8 a 17 horas, el último acceso es a las 16:30 horas.
Fuente:
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
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