El pan es uno de los alimentos mexicanos que puede decirse sincretiza los aportes de la gastronomía indígena con la traída por los conquistadores europeos. Es interesante ver lo que este nombre significa en latín: «el “compañero”, que hace “compañía”, es el que comparte su pan.» Durante el período colonial en México se distinguía el pan de los españoles conquistadores del pan de la tierra, como se les llamaba en las crónicas a las tortillas de maíz de estas latitudes. Los panes de los españoles eran hechos con harina de trigo y algunos otros cereales como el salvado.
A cuatro leguas tiene esta ciudad un vago [valle o vega] que se llama Val de Cristo [Atlixco], a do los moradores de los Ángeles tienen sus viñas, huertas de agro, granadas, &c., a do se hacen extremadamente bien. Aquí tienen labranzas de pan, que lo cogen todo lo más del año, que en tierra fría no se da más de una vez, como en España; más aquí donde digo, como es tierra caliente o que no le perjudica la helada, como tiene esta valle mucha agua de pie, siembran y cogen cuando quieren; muchas veces acontece estar un trigo acabado de sembrar, y otro que brota, y otro en porreta y espigando, y otro para se coger, y ésta es muy común cosa, y el pan de este trigo en extremo es muy bueno, tal que parece [que] los vecinos de esta ciudad siempre comen pan de boda.
Así, Puebla fue famosa no sólo por su cerámica tipo talavera sino por la variedad de los panes que allí se elaboraban. En los documentos coloniales del Archivo de la ciudad de Puebla se puede apreciar que los panaderos tenían su sello (pintadera) y el Tribunal de la Fiel Ejecutoria del Cabildo les pasaba revista para ver si hacían bien el pan, qué trigo (candeal) empleaban y de qué calidad (floreado) era.
En el Segundo Imperio, cuando los franceses invadieron efectivamente entre 1862-1867 a México, la panadería a la francesa se asentó del todo; por ejemplo, acá se le dice “cuernito” al croissant.
Fuente: Yo soy Puebla
Publicar un comentario