sacó las brochas de los gabinetes,
los lienzos secos crujían en la huida;
la laca y el pincel temían de sus probanzas nuevas.
dejaron atrás los cambios mansos
de la plaza quebradiza de finales.
Los paisajes y los rostros se durmieron de temor.
el artista se había ido a perseguir el sol.
Mariela Lugo
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