que nunca conocí pero imagino
en el hacer y el sentir de cada niño
que se ha cruzado día a día en mi camino.
Hay una parte de tu alma
que se hizo vida sin que entonces me invitaras
a compartir contigo mi presencia, mi sonrisa,
mi alegría, mi contención y mis palabras.
Hay una parte de ti que aún desconocida me enternece
porque intuyo que hubo en ella lágrimas y risas,
pero si hubo penas, te recompensó con creces
al convertirte en el hombre que hoy eres.
María Elena Astorquiza V.
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