Me acurruco con mi compañera de noche ( mi almohada ), a la que le cuento mis secretos, mientras ambas, mirando por la ventana vemos aquella estrella que brilla en el cielo, le ponemos tu nombre e imaginamos que nos estas viendo y en cualquier momento entrarás por esa ventana para hacernos compañía. Entonces ella ( mi almohada ) sabe que me acurrucare entre tus dulces brazos y será la cómplice de todas esas bellas palabras de amor que tanto añoramos decirnos, de nuestros dulces besos, de nuestras caricias, de nuestra entrega total que confunde nuestros cuerpos unidos en uno
Y ahora no quiero que las tinieblas se vayan, no quiero que amanezca, porque ese es el momento en el que las estrellas desaparecen...
...
Maria Glez Méndez
Publicar un comentario