Ayer, lloraba cuando aparecías. Hoy, sonrío ante tu impotencia de no poder ponerle puertas al camino emprendido
Ayer, soñaba esperanzas entrelazadas en tus sueños. Hoy, ya sólo sueño realidades entrelazadas en mis sueños
Ayer, tu ayer se marchó !!, mi hoy está entre mis manos, y lo agarraré con toda la fuerza que el dolor me dio para que ya nunca se vaya.
Perdóname, pero tú eres el ayer que se me escurrió entre las fotos marchitas
Perdóname, pero yo soy el hoy que renace con el brillo de las nuevas diapositivas.
Ya no te temo entre mis pesadillas, porque rompí la almohada que las albergaba dejando volar sus plumas, entre los vientos huracanados que pasaron aquella noche por delante de mi ventana.
María Glez. Méndez.
Publicar un comentario