y tú estás ausente,
espero impaciente
oír tus pasos ligeros
cruzando la acera
camino a mis brazos.
Si avanzan las horas
y no estás conmigo,
el sueño a mis ojos
no llega ni asoma
y muero de celos
porque sé que la noche
y la luna en el cielo
buscan darte su abrigo
y cubrirte de besos,
mientras tanto en el cuarto
y desnuda en el lecho,
me abraza el insomnio
y hago mío el desvelo.
María Elena Astorquiza V
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