los ojos tristes nunca han mentido,
los ojos tristes solo lloran
humedeciendo la almohada
por un amor que se ha perdido,
por la ausencia de otros ojos
que una tarde les entregaron
en una mirada la vida entera
y que nunca imaginaron
que esas pupilas que los vieron,
supieron del amor tan solo
a través de su mirar furtivo
y tan inocentes de amores,
en su mirar creyeron
y desde aquel día ellas
como del sol las flores,
de su embrujo prisioneras,
los buscaron cada noche
por el cielo y por la tierra,
bajo la luna y las estrellas.
María Elena Astorquiza V.
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