Revive de mí, las cenizas ya quemadas...
Acariciando los caminos de mi cuerpo,
Y justo ahí, donde no soy ilusión sino recuerdo, ámame…
Y seamos el mañana no prometido, el ayer aun vivido…
Cuando el velo del encanto se caiga,
Tus caricias sigan con vida y mi piel todavía se llame tu piel…
Ahí, edifícame con la humedad de tus besos,
Y con el cimiento de tus manos...
Exísteme...
Beatriz Fonnegra
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