me besa con ansias
y acaricia mi espalda
al cruzar la ventana
sin cortinas cerradas,
yo sonrío en silencio
gozando el momento
porque en el encuentro
tu ardiente mirada,
tu boca y tus besos,
tus manos amadas
y abriendo los ojos
venciendo a la nada,
agradezco a la vida
despierta y callada
pues sé que aún sueñas
apegado a mi almohada.
María Elena Astorquiza V.
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