Cuando muera

Vendrán las letras vestidas de cerúleo,
cada una vocalizará
la melodía de los gritos gramaticales.
Con ellas haré una ronda multicolor
y me iré al celaje fecundado de versos.
¡Cuando muera!
Las estrofas serán los cirios
de la cama mortuoria,
con sus trajes ligeros,
con sus carmines escritos.
¡Cuando muera!
Se oirán a los lejos los himnos
de los imposibles rígidos,
¡Cuando muera!
Tendré en mi lapida el libro
de los oteros de donde
no bajaré la mirada.
¡Cuando muera!
Enhebraré desde lo alto
Las rimas para la nirvana clara.
¡Cuando muera!
Dormiré en la biblioteca de los altares,
allí, leeré los rimas extraviadas
de los juglares arcaicos.
¡Cuando muera!
No reces por mí,
Evoca los cantos liricos
de los poetas itinerantes.
¡Cuando muera!
Coloca en mí epitafio
Las cuatro letras de mi alucinación,
¡Cuando muera!
No necesito tus lágrimas
mi tierra esta humedecida de rimas.
¡Cuando muera!
Vístete de azul
como la paleta de mi canto,
¡Cuando muera!
Brinda el café de mis insomnios
¡Cuando muera!
Copia mi poesía en papel rosa,
has un papagayo y suéltalo
en las aulas de los párvulos.
¡Cuando muera!
busca el abedul, allí estaré…

Mariela Lugo
ASOPEY - Venezuela

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