aquella vez nuestros pasos,
o fueron las olas, la arena,
quizás el sol rojo al ocaso
o tu mirada clara y serena
lo que me llevó a tus brazos.
O fue quizás una de esas tardes
cuando el verano se duerme
en que yo contemplaba la alegría
de las gaviotas en sus vuelos
y sin saber que tu existías,
vi dos ojos verdes en el cielo.
Quizás fue esa noche de invierno
cubierta de niebla y de bruma
en que yo me sentía tan sola
que al mar le conté mis sueños
y la noche se convirtió en aurora
y descubrí tu mirada en la luna.
María Elena Astorquiza V.
o fueron las olas, la arena,
quizás el sol rojo al ocaso
o tu mirada clara y serena
lo que me llevó a tus brazos.
O fue quizás una de esas tardes
cuando el verano se duerme
en que yo contemplaba la alegría
de las gaviotas en sus vuelos
y sin saber que tu existías,
vi dos ojos verdes en el cielo.
Quizás fue esa noche de invierno
cubierta de niebla y de bruma
en que yo me sentía tan sola
que al mar le conté mis sueños
y la noche se convirtió en aurora
y descubrí tu mirada en la luna.
María Elena Astorquiza V.
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