que te duermas
sin que veas en el cielo
asomar grande la luna
y brillar a las estrellas.
Yo no quiero
que te duermas
ignorando a los luceros
y temiendo que tu playa
por la noche quede oscura.
Yo no quiero
que te duermas
con desazón en el alma
porque han ganado la batalla
la intolerancia y la locura.
Yo quiero que tú sueñes
que la gente es toda buena
y que Dios creó la tierra
sin esquinas ni fronteras,
sin violencia ni banderas
y que la gran familia humana
está en contra de la guerra.
María Elena Astorquiza V.
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