El sabor...

El sabor de la nada cuando soy olvido de mi propio olvido...

Intentan las golondrinas despertarme, estirando mis cabellos
en su vuelo al atardecer .
¿Acaso invento sueños para entretener ausencias?
Un juego, un delirio, una locura para que el amor
se derrame extinguido,
una gota evaporándose al filo de la medianoche.
Suenan las campanas intempestivamente,
para robarle al trueno su tenaz rugido.
¿Acaso invento historias con fragmentos de mi vida?
El sabor de la nada...
para besar mis labios desde los suyos.
¿Quién?
Mañana lo inventaré.

Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
Texto publicado con autorización de su autora
Prohibida su reproducción parcial o total sin la autorización de Olga Maria Sain