El Acoso Escolar, Matoneo o Bullying se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y terror hasta tal punto que, en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.
El hostigamiento, la intimidación, el maltrato físico o verbal entre escolares es bullying. Es un acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte de uno o varios acosadores a una o varias víctimas. La definición de Dan Olweus que dice que “un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, es la más aceptada.
Podemos señalar que el Bullying implica tres componentes clave:
1. Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o sólo percibido por la víctima.
2. La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un modo intencionado.
3. Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce de forma reiterada.
Tipos de acoso escolar
Con frecuencia aparecen varios tipos de forma simultánea:
Físico: consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
Verbal: es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan su personalidad de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…
Psicológico: se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…
Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre compañeros y amigos de clase.
Tal es la relevancia que ha adquirido el tema de la violencia escolar, que la comisión nacional de derechos humanos reconoce la presencia del problema en millones de niños y jóvenes.
Es frecuente que el maltrato pase inadvertido por los profesores o autoridades escolares, permitiendo que el grupo de agresores, intimidadores actúen libremente, de manera repetitiva, provocando graves repercusiones en la conducta y emociones de la víctima, como ansiedad, depresión, baja autoestima y bajo rendimiento académico, perjudicando su vida de relación no solo escolar, sino también en el entorno familiar y social.
Entre los varones, las formas de intimidación más frecuentes son las agresiones físicas y amenazas, mientras que en las mujeres son más frecuentes los rumores y el aislamiento o exclusión de la víctima.
Hacemos un llamado a los maestros para que tomen medidas al respecto, ya que en determinadas circunstancias los profesores también actúan de manera indiferente, ya sea porque no tienen la capacidad para reconocer esas situaciones por carecer de destrezas para la solución de conflictos, o por el mismo hecho de minimizar los problemas de convivencia, tras considerarlas como formas cotidianas de convivencia entre los alumnos.
Esto genera gran frustración entre los estudiantes, sobre todo si las victimas notifican a las autoridades escolares y nada cambia, por el contrario las conductas provocadoras.
Más allá del tipo de estrategias que los profesores y alumnos utilicen para el manejo del bullying, es necesario que autoridades educativas y docentes revisen y re-ingenien sus prácticas pedagógicas diarias y los estilos de comunicación que aplican con los alumnos; que incorporen nuevos mecanismos de afrontamiento a estos problemas para mejorar la convivencia escolar.
Es necesario crear y promover espacios de reflexión entre padres, escuela e instituciones públicas, sociales y privadas, para promover el diálogo y la participación de todos, generando climas escolares protectores, de ayuda y positivos. La escuela tiene la obligación de construir un espacio seguro que les brinde a los alumnos no sólo herramientas cognitivas y habilidades sociales para afrontar los conflictos, sino apoyo y contención a los alumnos que lo necesiten.
Gracias
PadresExpertos
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