El fin de las ilusiones puestas en una pareja es catastrófico. Es obligatoria la tristeza al igual que necesaria. Debemos atravesar la dura etapa del duelo, sólo así aprenderemos y comprenderemos lo sucedido, y dejaremos que el amor siga formando parte de nuestra vida iniciemos o no una nueva relación.
Hay pocas épocas en nuestra vida tan fuertes como las que sufrimos después del desamor. Yo diría que el amor se puede comparar con la economía:si invertimos nuestras esperanzas e ilusiones en un valor nos puede dar grandes alegrías pero también, desgraciadamente, grandes desdichas. Algunas personas catalogamos nuestros sentimientos y a las personas que queremos como nuestro mayor activo… y cuando llegan las crisis sentimentales lo pasamos realmente mal.
Hay personas que sufren sólo con la idea de la ruptura de la pareja, porque no soportan imaginar que la relación pueda llegar a su fin. Digamos que se adelantan a los acontecimientos con lo que no pueden vivir un presente agradable. Al igual que hay personas que ni si quiera pueden imaginar que la relación tenga un final. En estos casos los resultados son muy graves para las dos personas. Por eso muchos asesinatos de mujeres de manos de sus parejas son siempre después de la ruptura o de decir que quieren separarse.
¿ Cuáles son las respuestas emocionales después de una pérdida amorosa? Depende de varias cosas. Según la preparación que cada uno tengamos para superar los duros golpes de la vida, nos será más fácil o no. Otra causa puede ser la inteligencia emocional, es decir si somos capaces de ponernos en un lugar extrañamente ajeno a uno mismo para dar sentido a la pérdida incluyendo los motivos del otro.
Pienso que hay que ser más sencillo que arrogante, porque solo así se puede ir preparando psicológicamente la separación sin que sea una tortura y sea realmente imposible mantener nuestra vida. Aunque todo necesita su tiempo, cosa que no se puede precipitar porque hay muchos recuerdos – que es lo que duele en estos casos – y es muy difícil olvidarlos tan pronto. Sin embargo se da el caso de que algunas personas que no pueden desvincularse de sus parejas, les invade un sentimiento de rabia y desamparo hacia ésta que puede girar en torno al rencor de sentirse agredido por el abandono.
…Y ahí es donde entra en juego la equivocada idea de la media naranja. ¡Recordemos que no somos medias naranjas, sino enteras! A ver, me explicaré: cuando nacemos lo hacemos solos, con lo que permanecemos solos en muchos aspectos vitales, y aunque estemos en pareja, esas necesidades no las pueden cubrir. El hecho de estar en pareja conlleva a la renuncia de la libertad personal, a veces muy difícil de aceptar. Entonces cuando esto ocurre es fácil que la pareja empiece a flaquear y alguno de los dos quiera separarse.
Estar bien con uno mismo no depende de amar ni de ser amado. Depende de tener buena salud, un trabajo estable que nos aporte beneficios, no sólo económicos, si no también personales, que nos motive. Y si nuestra pareja en su momento era un aporte y después se convierte en traba, lo más probable es que nos entre el deseo de dejarla, sin que ello sea necesariamente por falta de amor.
En esta vida no hay nada seguro ni eterno, y mucho menos el amor. Nada nos garantiza que nuestra relación de pareja durará para siempre. Aceptar que la relación ha llegado a su fin nos permite dominar la situación y superar el desamor sin perder la esperanza de volver a intentarlo con otra persona.
Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.
Vanessa Arjona
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