Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Cómo disciplinar a un hijo que no hace caso
Author: Jose Luis Duarte
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Ser padres muchas veces puede volverse un desafío, sobre todo cuando nos enfrentamos a los caprichos de nuestros hijos o conductas inapropi...
Ser padres muchas veces puede volverse un desafío, sobre todo cuando nos enfrentamos a los caprichos de nuestros hijos o conductas inapropiadas en las que nos ponen a prueba. Como adultos debemos superar estas dificultades y hacerle saber al niño que mandamos nosotros.

Como mamá puedo decirles que educar a un niño un niño no es tarea fácil. Lleva mucho cariño, comprensión y paciencia. Pero en algunos casos nos sentimos frustrados como padres cuando nuestro hijo no nos obedece y ahí es cuando tenemos que recurrir al castigo o penitencia.

Algunos métodos suelen ser eficaces a la hora de educar y disciplinar a un hijo, pero siempre hay que tener en cuenta que, a pesar de educarlo, el niño intentará desafiar nuestros límites para ver hasta dónde puede llegar sin que impongamos nuestra autoridad.

La mayoría de los especialistas afirma que es malo recurrir al chirlo (golpes) para reprender a nuestros pequeños. Estoy de acuerdo que el golpe no es la mejor solución y puede crear traumas irreversibles, pero a veces no tenemos más opción que emplear este método, aunque nos duela. 

¿Por qué recurrir al chirlo?

Es verdad que hay un montón de alternativas a este método de castigo físico que se le aplica al niño para que obedezca. Sin embargo, como mamá a veces me veo obligada a darle una palmadita; cuando por ejemplo, se tira a cruzar la calle, suelta mi mano en lugares públicos, me insulta o me pega. 

Sé que no es bueno pegarles a los niños y no justifico a los padres golpeadores, pero en estos casos no hay muchas cosas que se puedan hacer. Si previamente le explicamos a nuestro hijo que no debe cruzar la calle solo, ni insultarnos, ni pegarnos, porque nosotros le estamos brindando cuidado y amor, y a pesar de esto, el pequeño no nos obedece, tenemos que aplicarle un castigo para que entienda que eso no se hace.

No estoy diciendo con esto que se justifique golpear a un niño con un cinturón o castigos físicos que dejen marcas, nada de eso. Simplemente se trata de un último recurso al cual debemos evitar llegar. Hay unos pasos que podemos emplear para que nuestro hijos nos hagan caso sin llegar a darle una palmadita en la cola.

Pasos a seguir para una disciplina eficiente

A fin de evitar llegar a la palmadita, quiero aclarar que no estoy hablando de patadas, ni cachetazos fuertes, ni nada de eso; los golpes no son justificables ante ninguna situación.

Primero debemos recurrir al diálogo, explicarle a nuestro hijo lo que puede o no hacer. Establer nuestros propios límites y mantenernos siempre firmes en el "no" es clave para una disciplina infantil eficiente. El "no" es una palabra que los chicos odian escuchar, pero que debe imponerse con fuerza y carácter para que entiendan.

Me estoy refiriendo a usar un tono de voz más alto para que el pequeño entienda que se trata de una orden directa y que está haciendo algo mal. La mayoría de los niños suele desafiar esta primer instancia.

La regla de tres para disciplinar a un niño

Entonces tal vez podamos aplicar la regla de tres, una conducta que suelo emplear con mi hijo y por lo lo general me da resultado.
  • Primero hablar con el niño, decirle que no puede hacer ciertas cosas.
  • El segundo paso sería volver a repetirle que, si hace eso, puede lastimarse.
  • Y el último recurso sería el castigo, que no necesariamente tiene que ser una palmadita.
Podemos emplear otros métodos para educar que no hieran a nuestro hijos, como ponerlos en penitencia, quitarles algo que les guste, no comprarles juguetes si se portan mal. En la mayoría de los casos los niños suelen responder bien ante estos castigos y no es necesario recurrir a la palmadita. 

Cuéntanos tú qué estrategias tienes para imponer límites a tus hijos.

Fuente: Entre Padres


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