¿Qué te puede frenar si te apasionas por un ideal, te concentras y te comprometes de corazón?
Cuando lo haces aceptas los fracasos como enseñanzas y perseveras hasta el final.
Eres tesonero y sabes que un triunfador cree en sí mismo, va más allá y hace un esfuerzo adicional.
Por eso afirmaba hace siglos el sabio chino Confucio: “A donde quiera que vayas pon todo tu corazón”.
Y en la sabiduría oriental se conoce este proverbio: “Vence las dudas, cree y podrás fluir como el río hacia el mar”.
Avanzas cuando estás unido a Dios y cuentas con su energía. Él te ayuda a fluir como el río y como el océano.
Pon todo tu empeño en tu búsqueda y levántate de las caídas con ánimo resuelto. La fe despeja cualquier camino.
Fuente: EPYA
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