Reutilizar los productos u objetos cotidianos que se desgastan o que simplemente dejan de servirnos tras utilizarlos una sola vez es un gesto ecológico que además nos resulta útil, al tiempo que nos ahorra un buen dinero.
En este post vamos a repasar algunos de los usos prácticos que podemos realizar con cosas del día a día antes de convertirlos en desechos. No en vano, alargar la vida útil de los objetos o productos que utilizamos es una manera fácil y práctica de cuidar el planeta y también nuestro bolsillo.
La intención del post no es solo dar ideas concretas para sacar partido de ellas. Sería mucho mejor si, además de quedarnos con la parte literal, intentáramos hacer lo propio con otros objetos similares.
Las siguientes diez cosas cotidianas, por lo tanto, son solo un ejemplo de lo mucho que podemos hacer en nuestro hogar o lugar de trabajo para extraer todo el zumo posible de todo aquello que admita un nuevo uso o utilidad.
En efecto, los restos de café son una auténtica maravilla para reutilizar en el jardín, con fines cosméticos o para la limpieza diaria. Por ejemplo, mezclando restos de café con agua muy caliente podemos conseguir que el agua cuele mejor en el fregadero, y frotándolas desdorizaremos las manos y otras superficies como el frigorífico.
También nos ayudará a desengrasar cacerosas, dar brillo a superficies resistentes a las rayaduras o, atreviéndonos con todo, será muy efectivo para hacernos un pellinjg corporal o incluso cutáneo con efecto anticelulítico por su contenido en cafeína.
2. Cepillos de dientes
Ya sea el tradicional cepillo de dientes o el recambio de un cepillo eléctrico, podemos utilizarlos para mejorar la limpieza de la casa. Ahorraremos en estropajos y acabaremos al momento con la suciedad incrustada del baño, de la suela de las zapatillas o de cualquier rincón de difícil acceso.
La reutilización del agua brinda un sinfín de posibilidades que van desde el riego de las plantas hasta su aprovechamiento para lavar el coche, llenar el depósito del humidificador, añadirla al acuario o, por ejemplo, limpiar distintos objetos.
Recoger el agua de lluvia con barriles de agua o simplemente poniendo cubos para que se llenen cuando llueve es sencillo y muy beneficioso para las plantas. También podemos ayudarlas a crecer si las regamos con el agua de cocción en la que hayamos cocinado vegetales.
Y, cómo no, si al regar las plantas el agua se acumula en el platito, volvamos a usarla para regar otra planta. También podemos reciclar el agua que usamos en la ducha o en el fregadero, siempre que no contengan detergentes ni químicos. Su uso para el riego de un jardín supondría un importante ahorro de agua y dinero.
4. Revistas y folletos
Las revistas viejas y los folletos publicitarios tienden a acumularse en casa. En lugar de dejar que se acaben llenando de polvo o que terminen en la basura, animémonos a reutilizarlas empleándolas para hacer manualidades con los peques de la casa.
5. Latas alimentarias
Reutilizar las latas de aluminio alimentarias es tan fácil como inspirarse en imágenes como las que incluimos en este post o, simplemente, dejar volar la imaginación y atreverse con cualquier idea.
Hacer un comedero para pájaros (recuerda renovarlo cada cierto tiempo para evitar contagios, advierten los ornitólogos), unos jarroncitos, un objeto de colección decorativo, un alfiletero, un lapicero, un adorno con cintas para que el aire exterior lo convierta en un precioso móvil…
6. Anillas de latas de refresco
Las anillas de latas de refresco dan mucho juego. Su reutilización puede convertirse en una pequeña gran obra de reciclaje creativo. Serán fácil hacer con ellas todo tipo de bisutería con un mucho de imaginación y otro tanto de paciencia.
7. Pan duro
El pan duro, uno de los objetos que más acaban yendo al cubo de la basura. Démosle una o protunidad. Siempre que no tenga moho puede reutilizarse en la cocina. Se puede convertir en un ingrediente principal de una sopa de pan, de una deliciosa sopa de ajos, en pan rallado, en picatostes para ensaladas, sopas, cremas, guaniciones…
O, cómo no, convirtámoslo en unas irresistibles torrijas. Si preferimos el sabor salado, calentémoslo y transformémoslo en crujientes bases para unos canapés.
8. Saquitos de té
Las bolsitas de té, así es, pueden reutilizarse de muy diferentes maneras. Antes de que se sequen serán un buen relajante para los ojos. Aplicaremos como como si fuesen dos rodajas de pepino, dejaremos reposar unos quince minutos y listo.
También son eficaces para desinflamar picaduras de insectos y, en general, tienen propiedades anti-inflamatorias. A nivel cosmético, hay quien las utiliza para teñirse el pelo o, más exactamente, para darle una leve tonalida que puede camuflar canas o reforzar el efecto de algunos tintes vegetales.
9. Tubos de papel higiénico
Los tubos de pael higiénico son una materia prima de gran valor para todo artista del reciclaje que se precie. Podemos hacer montajes la mar de resultones cortándolos en forma de rodajas y, tal cual, son ideales como macetitas par aplantar semillas o, por qué no, para dejar volar la imaginación e inventar los muñecos más graciosos jamás vistos.
10. Papel de periódico
El papel de periódico, por último, permite reutilizaciones de lo más variopintas. Desde forrar muebles o libros hasta convertirlo en envoltorio de regalo. También nos harán un gran papel en mudanzas, para proteger las cosas frágiles, e incluso pueden ayudarnos a madurar vegetales y frutas, así como a secar los zapatos húmedos después de un día de lluvia. Para ello, introduciremos unas bolas de papel de periódico en su interior. Por cierto, no lo utilicemos para hacer compost, pues la tinta no es biodegradable.
Ana Isan
Ecología Verde
Publicar un comentario