¿O sea, que hay mucho o suficiente para todos, incluyéndote a ti?
Porque si no tienes por cierta esta idea, ¿cómo esperas que se convierta en una realidad?
Muchos de nosotros hemos crecido bajo circunstancias o con personas que nos han inculcado que la prosperidad es para los demás y no para nosotros.
O nos han reiterado una y otra vez que “solo los ricos” son quienes se dan gustos y viven con tranquilidad económica.
Si esta es tu opinión, así será el mundo que te rodea. Como siempre, todo lo que encuentres y lo que recibas se adaptará de algún modo a este pensamiento tan íntimamente arraigado en ti.
Si por un momento pudieras ver otras opciones…
¿Cómo sería para ti vivir en abundancia?
En el plano económico…
En el laboral…
En el sentimental…
En el familiar…
En el de la amistad…
¿Cuál está más cerca y cuál más lejos de ti, en este instante?
¿De qué manera puedes acortar la distancia entre tú y uno solo de ellos?
No importa lo que te hayan dicho o lo que hayas considerado absoluto e inmodificable hasta ahora. Tienes la oportunidad de dejarlo atrás y que solo sea un simple recuerdo.
Este es un momento único para que despiertes tu conciencia al concepto de la abundancia.
Si existe para otros, ¡Claro que puede ser algo cotidiano para ti!
Que en tu entorno haya restricciones o que goces de bienestar y de lo que desees, copiosamente, son dos caras de una misma moneda: tus creencias.
Están en ti las herramientas para lograrlo y para cambiar de un estado mental restrictivo a otro más próspero y abundante.
El primer paso es simple: confiar en que puede suceder para ti.
¿Lo intentarás?
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