¿Me tienen miedo mis hijos?

¿Quién escucha los secretos de su hijo? ¿Quién escucha sus sueños, ideas, preocupaciones...? ¿Es usted o hay alguien más?

¿Alguna vez se ha preguntado por qué su hijo prefiere contarle lo que le dijo un compañero o lo que hizo en el colegio a alguien más y no a usted? La respuesta: en gran medida es por lo que usted le ha transmitido.

De usted depende que su hijo le cuente sus cosas, solamente de usted depende que su hijo se atreva a hablar de quién lo molesta, quién le gusta, agrada, desagrada, quién lo está lastimando, temas de sexualidad, de sus actitudes. Cuando le cuenta algo que hizo (que él ya sabe que no está bien), ¿rápidamente usted le llama la atención y lo regaña o lo escucha y le pregunta cómo evalúa el comportamiento, qué cree que podría estar fallando y qué podría mejorar? Él también necesita a veces ser escuchado solamente.

Cuando le cuenta una emoción que tuvo durante el día, con quién jugó, que le dio tiempo de terminar la tarea, que perdió su crayón de color favorito, que pasó de último en la fila del recreo, un evento importante, algo que le preocupa... ¿Le manifiesta que realmente puede confiar en usted? Lo comenta con sus amigas, su mamá o guarda "su secreto"? Su hijo lo sabe, lo percibe y sabe si usted lo toma con seriedad y le da la importancia que él le da. Él sabe si puede recurrir a usted a buscar ayuda o es mejor que vaya con alguien más, él sabe si tal vez la niñera, la maestra o un amigo será más confiable que usted.

Para mejorar la relación de confianza con sus hijos, le puedo dar 3 consejos:

1. Atrévase a compartirle cosas importantes, que él sepa que usted le confía sus secretos. Cuéntele cómo se siente usted, un problema, una alegría, idea, sueño...etc. Cuando él sepa que usted ha confiado en él, se sentirá orgulloso y tratará de guardar su secreto, usted está dando el primer paso en la confianza, le está enseñando que esta relación es de doble vía.
2. Escuche. Cuando algo no es positivo, agradable, cuando necesita corrección, cuando se equivocó. Antes de llamarle la atención, que sepa que puede recurrir a usted en cualquier momento, que tiene tantas ganas de contarle lo que sucedió que usted es la primera persona a quien quisiera contárselo, ¡no la última! La mayoría de veces el niño sabe que lo que hizo estuvo mal y es papel de los adultos mencionarles y aclararles que se han dado cuenta de la falta.
3. Pregúntele a qué cree que se debe ese comportamiento, si se siente satisfecho y, si volviera a vivirlo, qué haría diferente. Luego de este diálogo, ya puede llamarle la atención y decirle lo que usted crea conveniente, pero si no lo escucha a él primero, probablemente él tampoco lo escuche a usted. Guarde sus secretos, nunca se burle de él, guarde lo que él le diga, valore lo que él aprecia, no le transmita ideas como "ese problema es de niños... no como los de grandes" Para su edad esto es importante, eso es una situación, un problema, una preocupación y cómo usted lo trate e inspire hoy, dependerá de si él podrá resolverlo cuando sea un adulto.

Usted tendrá influencia en su hijo en la medida que él tenga confianza, que lo perciba como una figura cercana, admirable y un modelo atractivo e interesante. Aproveche el tiempo cuando va en el carro, apague la radio, cambie el tono del celular a silencioso, etc. y atienda con sus ojos, oídos y corazón a su hijo. Cuando están sentados a la mesa, escúchelo... en vez de hablar del vecino, de la tía o de cualquier otra persona, hay alguien que espera ansiosamente que escuchen sus historias... alguien que lo observa muy de cerca y necesita de la atención y amor que sólo puede recibir de papá y mamá.

María Isabel Fernández
Psicología Niños
Licda. Psicología Clínica
Magister en Asesoramiento Educativo Familiar
Fuente: Iniciativa T