La felicidad de este hombre común y corriente, que vive el día a día en circunstancias mucho más difíciles que tú y yo, me confirma que para ser feliz, no se requiere de vivir en una gran mansión ni de pasar grandes vacaciones ni de tener un cargo muy importante ni de tener muchos títulos, ni de la marca de nuestra ropa ni de cuánto dinero tengamos en el banco; en verdad, la felicidad es un estado de conciencia y depende de nuestra actitud, pues la mayoría de la gente es tan feliz como decide que puede serlo.
¡No necesitamos estar en circunstancias diferentes para ser felices!!. ¿Cuántas veces pensamos: Seré feliz cuando me gradúe, “cuando me case”, “cuando me jubile”, “cuando me mude a otra ciudad o país”, “cuando me aumenten el sueldo”, “cuando consiga otro trabajo”..? Postergamos continuamente la felicidad sin darnos cuenta que no podemos hacerlo pues el único momento que tenemos y podemos usar es el presente.
Recuerda que ¡serás tan feliz como decidas serlo, incluso si no cambian las circunstancias!! La felicidad es exclusivamente tu responsabilidad, eres tú quien decide si vives amargado, haciendo mala cara o si por el contrario vives feliz y sonriente. Comienza a cambiar tu actitud y la interpretación que le das a cada evento que aparece en tu vida. A veces nos sucede que cuando estamos a punto de comenzar una nueva etapa en la vida, aparece una piedra en el zapato, algo por resolver, un imprevisto o un problema que solucionar, nos desanimamos pensando qué la felicidad no es para nosotros, sin darnos cuenta de que los problemas y los imprevistos forman parte del proceso de la vida y que siempre estarán ahí para ayudarnos a crecer, a madurar y a usar las herramientas que tenemos, ajustemos la perspectiva que tenemos de la vida. Aprende a disfrutar del proceso y del camino que te lleva a conseguir tus metas. Reconoce todos tus regalos y dale gracias a la vida por todo lo que tienes, aunque sólo sea la posibilidad de estar vivo un día más y disfrútalo, porque es un regalo extraordinario. Más que dinero y fama, busca sentirte bien contigo mismo, con lo que haces, con lo que tienes y con las personas que te acompañan a vivir cada día; esa tiene que ser tu prioridad. Pregúntate: ¿qué estoy haciendo o dejando de hacer para sentirme vacío o desanimado? Es posible que cuando dejes de buscar culpables de tu malestar, puedas encontrar en ti la causa del mismo, entonces habiéndolo reconocido podrás trabajar en el para superarlo.
A propósito, te daré un formula infalible para ser feliz de forma instantánea: haz feliz a otros. Pues todo lo que entregas a los demás sin esperar recompensa o reconocimiento alguno, te reconforta, te fortalece y hace que la prosperidad llegue a tu vida. ¡Te juro que funciona!
“Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido y baila como si nadie te estuviera viendo”.
¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa y todo va a estar bien!!
Maytte Sepulveda
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