Volviendo del ayer el antes vivido,
Resurgiste entre los poros muertos y los poros vencidos,
Gemidos ahogándose en gritos mudos de la piel,
Haciendo de lo prohibido, lo permitido,
Nos deshojamos como margaritas,
Nos desnudamos vestidos de nosotros…
Nos reconocimos en la oscuridad, tu cuerpo, mi cuerpo…
Éramos impalpables siendo palpables…
Allí estaba… y allí estabas… simplificándonos en una cama,
Resumiendo el ayer en tus ojos,
Dilatando el mañana en tus manos…
Tú, acariciando mi cabello hablando de eternidad…
Yo, muriendo y renaciendo en tu mirada, existiendo tu eternidad…
Y así, nos encontró el mañana, amando aún el ayer…
Beatriz Fonnegra.
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