Los días en que nos hicimos uno, y vimos nuestras ramas crecer, dar frutos...
Y nosotros, convertidos en troncos secos, troncos sin vida...
Le robaremos el último aliento al viento...
Nos miraremos... encontraremos nuestros rostros, en medio de la piel
Que esconde el rostro que nos dijo ser...
Nos hallaremos solos, con los recuerdos en un bastón,
Con las promesas en nuestros ojos...
Al final de todo, viví la tan llamada eternidad...
Y los temblores, la mirada baja, la respiración cortada...
Me dirá que por fin seré y entregaré este cuerpo,
Que me hizo de ti, de mis hijos... de mi vida...
Y me llamó mi nombre... sin saber el de mi alma...
Beatriz Fonnegra.
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