Así como el ser humano atraviesa por diferentes etapas durante su desarrollo, el matrimonio también experimenta diferentes etapas desde el día en que la pareja se une hasta el día en que el matrimonio termina por circunstancias ajenas a su voluntad.
Todos sabemos que la etapa temprana de cualquier matrimonio es la luna de miel, pero ¿que pasa después?
El matrimonio pasa por valles y montes emocionales y por períodos de malentendidos que causan reacciones en ambos.
Estos son períodos tormentosos que generalmente la pareja los resuelve por medio de reconciliaciones muy románticas.
En esta etapa es cuando la pareja empieza a trazar el mapa que los llevará al éxito o al fracaso en su relación matrimonial.
Cuando los cónyuges están enamorados y recién casados, tanto el hombre como la mujer piensan que son muy afortunados de haberse conocido.
El mundo es de ellos y la pareja se vuelve un poco egocéntrica.
Todo gira alrededor de ellos y viven un cuento de hadas.
Comparten sus pasatiempos favoritos, disfrutan de la misma música, de su comida favorita y de las películas que a ambos les gusta.
También comparten amigos mutuos y están tan conectados emocionalmente al punto que ambos pueden estar en el teléfono al mismo tiempo tratando de llamar uno al otro.
En ninguna otra etapa del matrimonio, el deseo de estar juntos se intensifica tanto.
El deseo sexual del uno por el otro es muy fuerte durante este período.
El estar en la primera etapa del matrimonio estimula la producción de hormonas en los cuerpos de los recién casados, aumentando su energía y su apetito sexual crece desmedidamente.
La sexualidad y la pasión del uno por el otro se incrementan como nunca antes ocurrió.
La obsesión pasional de la pareja continúa por un período de tiempo.
Poco a poco la pareja empieza a despertar a la realidad de que todos los matrimonios tienen altibajos y que la vida en pareja no es lo que se pensaba que era.
2. La etapa de “¿en que estaba pensando cuando me casé contigo'”
De alguna manera, esta etapa es la más difícil, porque es aquí cuando la mayoría de los matrimonios terminan.
Aquí es donde la pareja sufre todas las desilusiones y los castillos construidos se derrumban.
Las cositas pequeñas empiezan a molestar como una piedrita dentro de un zapato.
Aquí es donde la pareja se da cuenta que su ““amado” o ““amada” tienen mal aliento y que pasan mucho tiempo en el baño.
Aquí empiezan las críticas, sobre porque el marido deja el periódico en el baño o sobre la mesa de la cocina, o porque dejó la olla fuera del refrigerador y por ente la comida se hecho a perder.
También es en esta etapa donde aparecen los problemas mayores.
El matrimonio se percata, que hay muchas diferencias en cuanto a gustos e intereses.
Aunque pueda ser que les guste la misma comida, los horarios difieren y algunas veces la esposa sale con sus amigas a comer, mientras su marido se queda en casa mirando la televisión, o por el contrario, él sale con sus amigos a tomar y su mujer se queda en casa realizando otras actividades.
Mientras que uno disfruta de la música, el otro quiere estar en silencio leyendo un libro.
Los amigos que tienen en común, algunas veces toman partido cuando surgen discusiones entre la pareja y eso hace que ambos separen sus amistades.
Aquí es cuando la pareja se da cuenta que el matrimonio no es una cama de rosas, o por lo menos que las rosas que están en su cama tienen espinas.
Ambos se preguntan a si mismos si cometieron un error al haberse casado.
Sin embargo no todo es negativo en esta etapa, pues en este período la pareja decide donde va a establecer su hogar, cuando van a tener sus hijos y cuantos van a tener y como van a distribuir los gastos.
También en esta etapa se decide como se compartirán los quehaceres domésticos, y en lo que mas centra la pareja es en acomodarse a la vida matrimonial y a tratar de cambiar los defectos de uno y del otro.
3. Etapa de ““si cambias todo será perfecto”
En esta etapa, muchas parejas sienten que hay dos maneras de hacer las cosas; al modo del esposo o al modo de la esposa para hacerlos correctamente.
En esta etapa ambos luchan por tratar de convencer a su compañero o compañera de que está equivocada y que debe aceptar el error.
Aquí es donde ambos se dicen uno al otro, ““si lo haces como yo te digo, el matrimonio funcionará, sino vamos a terminar en divorcio”.
En esta etapa la pareja tiene dificultad de ver el punto de vista del otro.
Conforme pasa el tiempo ambos se empeñan cada día más en tratar de hacer las cosas a su manera y no hacen ningún esfuerzo para ponerse de acuerdo y ver el punto de vista de cada uno.
Es en esta etapa que los matrimonios enfrentan el ““tenedor” en la carretera.
Se convencen a ellos mismos que han tratado todo para que su matrimonio funcione y se dan por vencidos.
Se dicen asimismos que se casaron con la persona equivocada y que el divorcio es la única solución.
Otras parejas se resignan a vivir infelices por el resto de sus vidas.
Sin embargo otros se despiertan a la realidad de que deben terminar esa ““guerra fría” y que deben empezar a trabajar en la relación y buscar nuevas vías saludables de comunicación para vivir un matrimonio feliz.
Fuente:
Psicologicamente hablando
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