Evitar la suposición: Cuando estés en una situación difícil, por dura que te parezca, evita imaginar que sucederá lo peor. Piensa en que todo se resolverá de la mejor manera, y dedícate a buscar los elementos positivos que la situación también tiene. ¡Imagina y espera lo mejor con optimismo!
Controlar la respiración: Es importante que aprendas a practicar la respiración consciente, imaginando que en la medida en que tomas aire, te llenas de una sensación de calma y tranquilidad, y que al botarlo, salen junto con el aire todas las tensiones que tienes guardadas adentro de ti. Toma aire mientras cuentas mentalmente hasta 6, sostenlo contando 3 y finalmente bótalo por la boca contando 8. Repítela diez veces y relájate.
Pensar en positivo: La actitud positiva es una de las fuerzas más poderosas con la que cuenta el ser humano, pues nos habilita para la acción, nos llena de motivación, energía, entusiasmo y optimismo, además desarrolla y fortalece nuestra creatividad, hace que disfrutemos lo que emprendamos y nos acerca al éxito, y a la satisfacción personal. Esto nos permite ajustar la interpretación de lo que sucede, minimizarlos los efectos negativos y controlar la situación. Entrénate para encontrar y resaltar siempre todo lo bueno.
Ejercitar la paciencia: La impaciencia, nos llena de tensión, nos pone de malhumor y nos convierte en el obstáculo más difícil de vencer al momento de afrontar y solucionar una situación inesperada. Muchas veces esperas más de lo que las demás personas te pueden dar, corriendo el riesgo de dañar tus relaciones con ellas. Otras veces, te exiges a ti mismo demasiado, se paciente y tomate el tiempo para descansar y recuperar la energía y la claridad que necesitas. Saber soltar a tiempo, es señal de inteligencia y equilibrio.
Practicar la visualización: La visualización siempre va acompañada de unos minutos de ejercicio de relajación física y mental, pues al soltar las tensiones y mantener alejadas todas las preocupaciones podemos concentrarnos en crear la imagen mental en positivo de aquello que deseamos más fácilmente. Cuando apoyamos nuestros deseos con pensamientos positivos y con imágenes mentales acordes con lo que queremos alcanzar o experimentar, estamos muy cerca de lograr que se conviertan en realidad. A esta técnica se le llama “visualización” y es una de las herramientas que más nos ayuda a mantener la serenidad y a conseguir nuestros sueños.
Incorporar la relajación: Para convertirte en una persona relajada, equilibrada y plena, necesitas aprender a controlar y a cambiar algunos de tus pensamientos más frecuentes. La práctica de técnicas sencillas de relajación, haciendo énfasis en soltar la tensión de tu cuerpo y desconectar la mente de todo lo que te inquieta a través de la respiración, te permitirá tener una mente clara y despejada, un cuerpo vital y relajado y unas emociones equilibradas, para tener una perspectiva más positiva de la vida.
Maytte Sepúlveda
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