Sobredosis de llanto que no llora
Abraza la noche el silencio que gime
Me destroza.
Me congelo sin saber que árbol mirar
Me recorre descalza una humedad que sabe a lágrimas
Qué angustia besa su pelo
Qué desgarro no pronunciado
Lluvias del fondo del mar
Lluvias interminables por dentro
Cuánto silencio…
Sólo deseo llorar.
Caen de sus manos
cristales que esconden
la herida de siglos
Sobredosis de ausencia
en el alma...
Sobredosis de nada
de angustia
de miedo
de soledad
de silencio...
Sobredosis de barcos
en su mar.
Sobredosis que la deja ahogada
mirando lejana alta mar.
Sobredosis.
Sobredosis.
Volar con las maletas en ruinas del alma,
pero volar.
Fran Nicolle León Riveros
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