El problema solo reside en acertar con la verdadera.
Un planteamiento más adecuado afirma que no tenemos más que una vida; el problema no es acertar con la verdadera, sino amar lo que tengo y ser capaz de amar desde ella.
La cuestión, no es tanto como elegir lo amado y amar lo elegido, la pregunta adecuada sería: “-¿Qué proyecto de vida me permitirá amar más lucidamente y mejor?”.
Desconozco a su autor
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