Acomodé las cartas que me diste
durante años, de amor y de esperanza
guardé las fotos que adornaban el linvig
y comprendí, que ya no había más nada...
Extraña sensación la que sentía
al descubrir que era dueña de mis actos
que sobraban las horas en el día
y no debía controlar mis pasos...
No preparé la cena, estaba sola
solo llene la copa, de buen vino
música suave y torbellino
de cosas que perdía de repente
Hoy pude acomodar...cosas tangibles
y mañana serán...tal vez recuerdos
lo bueno del final , es que no hay llanto
ni penas, ni dolor...que me atormenten
Noemí Bianchi
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