Jose Luis Duarte Jose Luis Duarte Author
Title: Dejar atrás un pasado incómodo es esencial para un mejor presente
Author: Jose Luis Duarte
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El daño emocional que hayamos sufrido en el pasado puede condicionar nuestro presente. Pero si nos damos la oportunidad de sanar, a través d...
El daño emocional que hayamos sufrido en el pasado puede condicionar nuestro presente. Pero si nos damos la oportunidad de sanar, a través de la aceptación, el amor y el perdón, podremos aprender de la experiencia y salir fortalecidos, maduros y más preparados para vivir de una mejor manera.

Detrás de las actitudes agresivas e incomprensibles de una persona muchas veces se esconden heridas emocionales de un pasado difícil que aún no ha sido sanado.

Si te sientes así, pegado, recordando, pensando en lo que pudiste haber hecho para evitar lo ocurrido, sintiéndote culpable o víctima del hecho, pregúntate hasta dónde y hasta cuándo vas a sufrir por ello. Distrae tu mente y toma una pausa que permita reconectarte con tus fortalezas esenciales para después volver a poner atención en el asunto y tomar las acciones necesarias para superarlo.

Perdonar es uno de los ejercicios más eficientes para ayudarnos a sanar las heridas afectivas, recuperar nuestro bienestar y soltar el efecto negativo que todavía pudiera tener en nosotros algún evento del pasado. Es muy terapéutico hacerlo desde el corazón, voluntariamente y con el deseo de liberarnos y de liberar a otros de parte de la historia que compartimos.

PASOS PARA SANAR LAS HERIDAS EMOCIONALES

RECONOCER Y ACEPTAR LO OCURRIDO. Fácilmente caemos en la negación cuando enfrentamos el recuerdo de una situación difícil de aceptar y de manejar. Tenemos la tendencia a pensar, una y otra vez, en todo lo que pudimos haber hecho para evitarla y creemos que de esa forma podemos superarla; pero lo único que logramos con esta actitud es profundizar las heridas y agravar la situación. Mientras más dispuestos estemos a aceptar lo sucedido, más fácilmente seremos capaces de incorporarlo y de buscar las herramientas y los recursos que nos permitan solucionarlo asertivamente.

VIVIR EL DUELO Y PERDONAR. Para sanar necesitaremos mirar atrás en algún momento para enfrentar el recuerdo y mostrarnos dispuestos a hacer cuanto sea necesario para vivir el duelo, reconociendo las emociones y los sentimientos que todavía mantenemos activos y amarrados a esa experiencia del pasado, y que todavía no hemos podido superar, para después perdonarnos, y perdonar a otros si fuese necesario.

NO TE AVERGÜENCES. A veces nos puede suceder que lo que vivimos fue tan difícil, doloroso e inesperado, que nos avergüenza y atemoriza compartirlo con otros, y entonces lo guardamos y tratarnos de olvidarlo, como si de esta manera pudiéramos desaparecerlo de nuestra historia personal, sin darnos cuenta de que así solo logramos mantenerlo activo en nosotros, volviéndose tóxico y haciéndonos sentir víctimas o victimarios de otros a quienes culpamos por lo que pasó. La aceptación nos libera y nos da la oportunidad de buscar la ayuda o los recursos necesarios para sanar y recuperarnos.

BUSCAR APOYO EN TU CÍRCULO DE CONFIANZA. Hablar con un buen terapeuta o animarnos a compartir lo que sentimos o pensamos acerca de un hecho del pasado con una persona especial, cercana a nosotros y que solo desea que recuperemos nuestra salud, bienestar, felicidad o balance, sin ningún interés personal, puede ayudarnos a cicatrizar las heridas y recobrar nuestro balance y bienestar.

DARLE OTRO SENTIDO A LO SUCEDIDO. Ponernos a pensar en lo que pudimos haber hecho para evitar el evento, o excusarnos mentalmente mientras buscamos los culpables -reales o no- del mismo, no cuenta para solucionarlo, porque lo pasado y lo vivido no se pueden cambiar, porque ya ocurrió. De manera que lo único que podemos hacer es levantarnos y decidirnos a actuar de una manera diferente. El aprendizaje obtenido de esta experiencia evitará que se repita en el futuro.

Maytte Sepúlveda


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