toda vestida de flores
hacia donde quiera
que mis ojos vieran,
haría atados de colores,
de madreselvas y rosas,
de jazmines y verbenas
petunias blanco y morado
y mimosas de primavera.
Deshojaría incontables
margaritas noche y día
pidiendo que me dijeran
si tú me amas todavía,
si me buscas incansable
entre las rojas amapolas
y los pálidos lirios del valle,
entre azules no me olvides
y violetas de corto talle.
María Elena Astorquiza V.
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