quiebra mis sienes de melancolía.
Oigo tus pasos en la vereda triste
combinada por el destierro que elegiste,.
Oigo tu sombra silente y misteriosa
como los días vividos
cual sirenas melodiosas.
Oigo tu respirar agitado de la vida
como flor campesina aferrada a la huida.
Oigo tu canto leve como hoguera lozana
que teje entre llamas algún mañana.
Oigo tu obstinación vestida de seda
que vence miradas en la polvareda.
Oigo tu amor desesperado de borrascas
y cabellos sueltos embriagados de cascadas.
Oigo tu silencio en mis tristes horas
pienso en la soledad de aquellas caracolas…
Mariela Lugo
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