cuando no lo esperaba
y de mi alma volaron
mariposas azules,
agitando sus alas.
Volaron al norte,
volaron al sur,
del este al oeste,
entre el sol y la luna,
bordando una cruz.
Mi cuerpo temblaba
como espiga al viento
aún atado a tu pecho,
fueron agua tus besos
en mis labios sedientos.
Las mariposas volvieron
a su nido en mi suelo
ansiando el momento
en que tú fueras mío
para reiniciar su vuelo.
María Elena Astorquiza V.
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