No hay despertador ni tiempo, el sol me recibe cerca del agua por las mañanas y me deleito en chapuzones frescos y cielo turquesa que a través de mis anteojos miro, observo y venero en su grandeza.
Abro un nuevo libro y me sumerjo en una historia con tanta pasión y vehemencia que me transformo en sus personajes y vivo en sus hojas. Meses esperándome en pilas y nunca tiempo para detenerme y leer, ahora es hora.
Si las nubes esconden el sol extiendo mi letargo en la cama, ordeno y decoro mi casa, mi hogar, mi cueva que me contiene todo el año con sus paredes blancas, sus ventanas inmensas inundadas de sol y luz.
Las siestas con el sonido de los pájaros y las cortinas blancas bailando un vals al ritmo del viento me acunan, como se acuna mi fe y mis sueños con nuevos proyectos.
La suerte del trabajo que tengo yo, elijo y amo que me deja en unos días pisar la arena y sanar mi cuerpo y calmar mi mente con agua de mar acompañada por mis amigas, hermanas de la vida.
Bendecido descanso que siento y merezco después de larga etapa de trabajo y esfuerzo.
Paro, pienso, decido y sigo…
Que el descanso sane las heridas, me llene de energía y me traiga de regalo buena y linda vida.
Agradezco, me quiero, sonrió y me abrazo.
Un regalo estar sana y viva.
Descanso
Mechi Mastandrea
enero 2023
Publicado con permiso de su autora
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