y desprenderse de sus cadenas, con la necesidad de iluminar grietas:
Las de la vida cuando cae y las del alma que se rompe en una máscara prestada.
Hoy el verso no pronuncia mi nombre ni me abraza soberano.
Tal vez dormita en las teclas del piano cerrado hace tiempo.
¿Son sus dedos los que las recorren al son de un adagio?
Y yo absorta en esas manos.
!Tráeme sueño la evocación de su caricia,
de su firmeza al estrechar las mías.
La emoción me lleva a bañarlas en llanto
entre besos que tiemblan un momento.
¡Respira mujer, vuelve a este tiempo!
Y retorno al claustro recoleto, asceta,
solitario y sereno, aquél de las noches insomnes
que es hogar de mi existencia...
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
Texto publicado con autorización de su autora
Prohibida su reproducción parcial o total sin la autorización de Olga Maria Sain
Las de la vida cuando cae y las del alma que se rompe en una máscara prestada.
Hoy el verso no pronuncia mi nombre ni me abraza soberano.
Tal vez dormita en las teclas del piano cerrado hace tiempo.
¿Son sus dedos los que las recorren al son de un adagio?
Y yo absorta en esas manos.
!Tráeme sueño la evocación de su caricia,
de su firmeza al estrechar las mías.
La emoción me lleva a bañarlas en llanto
entre besos que tiemblan un momento.
¡Respira mujer, vuelve a este tiempo!
Y retorno al claustro recoleto, asceta,
solitario y sereno, aquél de las noches insomnes
que es hogar de mi existencia...
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
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Prohibida su reproducción parcial o total sin la autorización de Olga Maria Sain
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