busca tactos en la húmeda fatiga de los párpados.
Me acerco a un final que no avisa,
como evadido de ser somnolencia.
Y se adorna con la luz del día
para acortar distancias en su frontera,
sin trazos definidos, humo en el viento,
arena en unas manos que la arrojan al mar...
Voy cerrando poco a poco poros de mi piel,
luego abriré heridas que puedan sangrar.
Luego... ¿Cuándo ?
Preguntas que son anclas en el fondo del pantano,
que retornan sin esperar respuestas sino silencios.
Silencios, fábulas contadas al revés
juego de los pesares que siempre sonríen
sin saber por qué.
Olga Maria Sain
©Derechos Reservados
Texto publicado con autorización de su autora
Prohibida su reproducción parcial o total sin la autorización de Olga Maria Sain
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