“No he venido a este mundo a cumplir tus expectativas.
No has venido a este mundo a cumplir mis expectativas.
Yo hago lo que hago.
Tu haces lo que haces.
Yo soy yo, un ser completo aún con mis carencias.
Tu eres tú, un ser completo aún con tus carencias.
Si nos encontramos y nos aceptamos,
si nos aceptamos y nos respetamos,
si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias
y de celebrar juntos nuestros misterios, podremos caminar el uno junto al otro;
ser mutua y respetuosa, sagrada y amorosa compañía en nuestro camino.
Si eso es posible puede ser maravilloso, si no, no tiene remedio.”
Se hace difícil muchas veces sobrellevar una relación de pareja. Por más puntos en común o por el contrario, puntos distantes entre ambos. El equilibrio y serenidad de personalidades cuenta mucho. Pero más allá de que lo las primeras impresiones dicten, más que los sentimientos, está la madurez con que se toma. Esta reflexión invita a analizar lo que realmente se debe vivir.
Incluso, no solo en una situación amorosa de pareja, ésta puede aplicarse a los demás, donde la tolerancia y el buen entendimiento, la aceptación de las grandes diferencias sociales tomen su lugar.
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