"Cuando ocurren cosas que no te gustan, tienes dos opciones: o las aceptas o te amargas".
Si estamos suficientemente atentos, siempre podremos reconocer en otra persona a ese maestro que viene a recordarnos o a enseñarnos algo nuevo. Hace unos días estaba en un aeropuerto donde debía hacer una conexión para tomar un vuelo y así poder regresar a Venezuela. Por motivos de mal tiempo se retrasó el vuelo, pero varias horas más tarde de espera, nos dijeron que el vuelo había sido cancelado hasta el día siguiente... Casi todos los pasajeros se amotinaron. Se pusieron a vociferar y a reclamar airadamente, la empleada de la aerolínea solo se atrevía a mirarlos atemorizada. Yo me preocupé un poco pensando en que todas mis cosas personales estaban dentro del equipaje que ya había sido chequeado, de manera, que no podía hacer nada para recuperarlos... Me esperaba una larga noche en una ciudad desconocida, sin equipaje y con mi esposo e hijas esperándome ansiosas en el aeropuerto de destino. Con este panorama y observando al resto de los pasajeros del vuelo, descubrí a una mujer joven que tranquilamente leía una revista sin inmutarse por la situación de caos que había en el aeropuerto. Me dirigí hacia ella y le pregunté si iba hacia Caracas en ese vuelo? Me respondió que iba para Caracas a una reunión de negocios importante. Pero ante su serenidad inapropiada para el momento, le pregunté si no iba a reclamar como todos. ¿Qué iba a hacer ante tan grave situación? Me parecía extraña su actitud serena y desinteresada, iniciamos una conversación casual y cuando la aerolínea nos informó que nos daría hotel con habitación doble, entonces en ese mismo momento decidimos compartirla. Cuando salimos del aeropuerto hacia los autobuses que nos transportarían, ella me dijo: Amiga mía, arregla esa cara, tenemos dos opciones: ¡Podemos sufrirlo o disfrutarlo! Escojamos pasarla bien. ¿Estás de acuerdo? Y en ese momento me di cuenta de que ella tenia razón, y a pesar de verse tan joven es una de las personas más sabias que he conocido. Ya en la habitación llamé a mi esposo y ella al suyo, compramos cepillos de dientes, y salimos a cenar con otro grupo de pasajeros, dimos una vuelta por la ciudad compramos algunos regalos y regresamos al hotel después de haber pasado una tarde muy especial.
Compartir un momento difícil con una persona que tiene una actitud optimista, serena y dispuesta a resaltar el aspecto positiva de la situación, me permitió recordar que siempre soy yo quien elige cómo voy a enfrentar y a interpretar cada situación. Ella vive en otro país, pero mantenemos el contacto frecuente que alimenta nuestra nueva relación de amistad.
¿Cuántas veces vivimos situaciones que nos parecen difíciles de asimilar? Recordemos que "las situaciones no nos afectan por lo que son en sí, sino por lo que cada uno de nosotros interpreta acerca de ellas". Eres tú quien decide cómo te vas a sentir y cuando las cosas no suceden como esperábamos, la mayoría de las veces respondemos de forma agresiva, nos dejamos afectar cuando solo vemos el lado negativo de la situación, se encienden nuestras emociones y pensamientos más destructivos, alimentando nuestros temores e impidiéndonos conservar la calma y la claridad mental que necesitamos para aceptar y resolver la situación.
La felicidad no se puede medir por la ausencia de inconvenientes o problemas, sino por la capacidad de adaptación, aceptación y la forma de resolverlos de la mejor manera posible usando los elementos que tenemos a mano. ¡Si solo tenemos un limón... hagamos una limonada!
Lo que podemos hacer
- Vivir el momento. Cada día trae su afán decía mi abuela, ¡no te agobies! Ocúpate de resolver un asunto a la vez, hazlo con calma pero con determinación
- Abre tu mente. Abrir tu mente para tomar en cuenta otras opciones o posibilidades, te permitirá ver la situación de otra manera, y esto te ayudará a resolverla sin afectarte tanto
- Mantén siempre una actitud entusiasta. Cuando tenemos un estado de ánimo alto, la vida nos parece más fácil y los problemas más pequeños y más sencillos de resolver
- El que discute pierde. Si tienes que reclamar, hazlo con inteligencia y sin afectación. Evita devolver la agresión, expón tu punto de vista con calma y sin perder la cabeza
- Evita los prejuicios y el miedo. Sé realista, no seas dramático, a veces sueles confundir la realidad con tus pensamientos negativos. No trates de resolver situaciones cuando estés afectado, recupera la calma y la claridad mental para tomar una buena decisión
¡Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa y todo va a estar bien!
Maytte Sepulveda
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