La crueldad hacia los animales tiene tantos matices como víctimas, desde la caza deportiva hasta el abandono de mascotas, pasando por la explotación comercial y la experimentación científica; sin olvidar claro, el insano entretenimiento de las corridas de toros, peleas de animales y los poco habitables pero tan visitados zoológicos.
Dentro del mundo de la moda, las pieles son signo de distinción y glamour, pero ¿qué tan elegante es la manera en que éstos animales son electrocutados, golpeados, estrangulados, y muchas veces despellejados vivos con tal de tener un buen diseño?
Cada año 140 millones de animales son víctimas de la industria peletera, 40 millones de ellos son criados y matados en granjas, los 10 millones restantes son cazados en sus habitats naturales.
Esto no sólo lleva a la extinción de cientos de especies, también pueden producirse alteraciones en la fauna silvestre como resultado de la manipulación genética practicada en las granjas. Los cadáveres y residuos orgánicos dan pie a la proliferación de organismos patógenos, los materiales usados terminan en aguas industriales dañando y desequilibrando ecosistemas acuáticos.
“Todo sea en nombre de la ciencia”, pero realmente ¿qué hay de científico en el sufrimiento de miles de animales? A los animales utilizados en laboratorios se les provoca una enfermedad, la cual padecen sin necesidad hasta el momento de su muerte. De cualquier manera, terminan siendo sacrificados, ya sea por el fracaso del experimento o simplemente al dejar de ser útiles.
Llamamos deporte al asesinato de seres inocentes, incluso disfrutamos del dolor de estos animales. El toreo es considerado un arte, y vaya que lo es, es el arte de la tortura. Durante este inútil enfrentamiento entre bestia y animal, los toros son brutalmente acuchillados hasta quedar desangrados, a pesar de encontrarse en total desventaja son encerrados en completa oscuridad 24 hrs. antes del ruedo para que al salir parezcan feroces pero en realidad están aturdidos y desorientados; son golpeados y se les induces diarrea con el fin de que lleguen débiles a la arena. Muchísima gente paga por ver este desvergonzado espectáculo a pesar del cruel nivel de tortura que implica, ¿hasta dónde hemos llegado?
El abandono y el descuido de mascotas también son considerados maltrato, la poca preocupación por ellos se refleja en las calles; perros y gatos atropellados, comiendo desechos, heridos o enfermos, a punto de morir por falta de alimento. Todo a causa del hombre, del hombre ciego y egocéntrico que no logra ver más allá de sus actos y sus consecuencias.
El remordimiento no es suficiente para reparar el daño, en la acción está la solución y en ti está decidir qué tan animal eres.
Natalia
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