Cómo convivir con adolescentes

Si eres madre de un adolescente o un preadolescente, como es mi caso, sabrás de lo que hablo cuando digo que por momentos uno siente que sobrevive en la convivencia cotidiana con ellos. Mi hija mayor tiene 13 años y todo en ella es una revolución hormonal, revolución que se ve traducida en sus cambios de humor de un segundo al otro. Por momentos puede ser "aquella niña dulce de mamá", esa que te abrazaba fuerte, fuerte, como si temiera que te fueras a escapar; y en otros momentos, no puedes mirarla, ya que de sus ojos sale fuego y corres el riesgo de quemarte.

Cayendo en la desesperación nada se logra, lo sabemos bien, por eso EntrePadres te acerca hoy consejos para convivir con adolescentes y mejorar aquello que, mientras ellos adolecen, los adultos padecen.

La relación con los hijos adolescentes

Para mejorar la relación con nuestros hijos adolescentes, además de apelar a nuestra mayor cuota de paciencia, es bueno tratar de pasar tiempo con ellos, compartiendo algunas de las cenas en donde tengas oportunidad de conversar acerca de sus cosas, sin sentirse interrogado. Aprovecha los momentos en que lo llevas en el auto a algún lugar de encuentro con sus amigos; los adolescentes suelen hablar más fácilmente cuando no deben mirar a la cara.

Respeta su espacio propio, su habitación es para ellos un santuario, un lugar sagrado, donde unos pocos fieles pueden entrar. Pide permiso para entrar en ella; yo, por ejemplo, acordé con mi hija golpear la puerta antes de entrar con la condición que no se encierre con llave.

Intenta acercarte a sus intereses, y con esto no quiero decir que estés bailando todo el día al compás de la música de Justin Bieber, pero escucha alguna de sus canciones y dile tu parte favorita. Cuéntale cuáles eran tus ídolos cuando tenías su misma edad.

Aunque se muestren reticentes ante nuestras muestras de amor, no significa que no las necesiten. Dile cuánto lo amas, aunque su respuesta sea una especie de MMMM!, que vaya a saber uno qué quiere decir en el idioma teen. Ofrécele hacerle masajes después de una jornada deportiva, apuesto lo que quieras que no recibirás una negativa por respuesta. Regálale de vez en cuando su golosina preferida, tal como cuando era pequeño. Muéstrate orgulloso de sus logros. Recurre a su buen manejo de la tecnología y los celulares, esto los hará sentir bien.

Y por sobre todas las cosas, demuéstrale la fe que tienes en él; confía en sus decisiones y aprende a escucharlo sin emitir juicios si no te los pide; a veces, simplemente necesita ser escuchado.

De vez en cuando recuerda cómo eras tú a esa edad, seguramente descubrirás muchos puntos en común con tu hijo adolescente.

Fuente:

Entre Padres