En varias ocasiones que he platicado con mamás y papás me han dicho que jamás les pegarían a sus hijos, que les interesa disciplinar a su hijo con disciplina positiva; sin embargo, he notado que la silla de pensar es considerada como una técnica de disciplina positiva simplemente porque no es un castigo físico.
La silla de pensar es un castigo. Es un castigo con un nombre rebuscado, que no suene agresivo, que suene “bonito”.
¿De qué se trata el método de la silla de pensar?
Consiste en aislar al niño que se ha portado mal durante cierto periodo de tiempo para que piense acerca de lo que hizo.
¿Es efectiva la silla de pensar para disciplinar a los niños?
Al igual que con cualquier otro castigo aparentemente funciona porque el niño “abandona” la conducta no deseada. Lo que se pretende es que el niño deje de hacer algo para no volver a sufrir la consecuencia que el adulto ha inventado. Sí, es una consecuencia inventada; ya sea no ver la tele, no ir al parque, no comer postre, irse a la silla de pensar.
Digamos por ejemplo que tu hijo de dos años tiró un vaso con agua al suelo; te molestas y lo castigas no dándole postre. El mensaje que está recibiendo es: “si tiro el vaso de agua al suelo me quedo sin postre”. ¿Qué pasaría si no le gustara el postre? Claro, la lógica dice que debe tirar el vaso al suelo.
No está aprendiendo las consecuencias de su acción, que la consecuencia lógica es, si se riega el agua hay que secar. Así de simple.
Retomando las sillas de pensar “de diseñador” ¿Y si le gusta estar en la silla de pensar y solamente la puede usar cuando se porta mal?
¿Cuál es el problema con la silla de pensar?
Que la silla de pensar se usa en muchas situaciones. Si tira la comida, si le pega a su amiguito, si no recoge sus juguetes, si rompe algo. Todos esos comportamientos equivalen a silla de pensar.
Lo que se está haciendo es condicionar al niño, no educarlo. No está aprendiendo nada, solo graba en su memoria que cualquier cosa que a sus papás no les guste que haga significa ir a la silla de pensar.
Qué sucederá que hará todo lo posible porque sus papás no se den cuenta e incluso mentirá para evitar ir ala silla de pensar.
¿Realmente piensan en la silla de pensar?
¿De verdad crees que un pequeñito de 2 años al que se manda a la silla de pensar a reflexionar en lo que ha hecho puede lograrlo?
¿Qué va a pensar? ¿Qué va a reflexionar si no le estamos enseñando nada? ¿Qué puede pensar si no está entendiendo las consecuencias? Y por otro lado, ¿por qué convertir el acto de pensar en un castigo?
¿Qué alternativa hay a la silla de pensar?
Considero que lo mejor es el diálogo, la explicación y el acompañamiento. Hay que hablar con nuestros hijos. Por ejemplo: “No me gusta que grites porque no entiendo lo que tratas de decir”. Tal vez (lo más seguro) haga falta repetirlo en varias ocasiones hasta que tu hijo interiorice la norma o el comportamiento adecuado.
Si un niño no está preparado para entender o cambiar un comportamiento, ¿realmente crees que 2 o 3 minutos sentado en la silla de pensar lo haga?
Roxy González
http://escueladepadresprimerizos.com
Cómo disciplinar a los niños – La silla de pensar
Title: Cómo disciplinar a los niños – La silla de pensar
Author: Jose Luis Duarte
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