Cierra los labios y deja de pronunciar mi nombre, ese que te viene a la mente cuando menos lo esperas, cuando odias que así sea, cuando maldices los momentos que pasamos juntos y tratas de ensombrecer pensando en mis defectos pasando por alto lo feliz que fuiste a mi lado, olvida esa canción que desde tu infancia escuchabas y casualmente tiene por título mi nombre, ese que me dices con tanto desdén, con tanto odio, con tanta soberbia.
Cierra tu mente y sigue así, empeñándote en no escuchar mis razones, ni mis sentimientos, ni el porqué de la forma en que actué, sigue así, ensuciando todo, insultándome, aferrándote al pasado y llenándote de rencor, no permites, ni por un instante, que los recuerdos de mi te produzcan sonrisas, ni esa sensación tan bella que te provocó experimentar tantas cosas por primera vez conmigo, no pienses que hay alguien en el mundo enamorada de ti.
Cierra tu corazón, que deje de latir, congélalo, sigue buscando amores de ida y venida, sin que siembren nada en tu alma, no te permites volver a sentir la plenitud que sentiste conmigo y que te negaste a seguir experimentando por cobardía, por temor a enfrentarte a la realidad, y que tratas de ocultar llamándome cobarde a mi, queriendo poner en mi los errores que tú has cometido, yo acepto los míos, tú, mi amor, debes aceptar los tuyos.
Cierra tu existencia, tu vida, porque aunque no quieras, por negarte a sentir esto tan bello, te has olvidado de vivir, de sentir, de amar, pero por más que lo intentes, por más que te esfuerces, no podrás cerrar absolutamente nada, porque para ello tendrías que tener el valor de mirarme a la cara y aceptar que no sientes absolutamente nada, por eso prefieres mentir y ocultarte en una historia absurda antes de aceptar, que tú… que tú también me amas.
BR
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