Tanto las relaciones con uno mismo como las relaciones con la familia, amigos, laborales, profesionales, vecinales… dependieron siempre del lenguaje; sin embargo muchos, no comprenden aún lo que lenguaje significa.
Poesías, cartas, cuentos, partituras, colores en un lienzo, movimientos rítmicos del cuerpo en el espacio, el tallado en la piedra y otras manifestaciones “artísticas”, no son otra cosa que una forma de lenguaje que transmite ideas, emociones y apreciaciones de la vida humana y cósmica.
El lenguaje interno es responsable de nuestras decisiones y elecciones de vida, de los juicios que hacemos sobre los otros, o la idea que tenemos del mundo. Construye la relación que tenemos con nosotros mismos porque alimenta aquello que creemos ser y determinará nuestra auto-valoración, nuestras fobias o ansiedades… etc. Es además, esa sucesión de conductas (conscientes o no) a los que estamos apegados y a través de las cuales el Universo comprende: nuestro nivel de compromiso o solidaridad, nuestra resistencia a los cambios, nuestro espíritu de justicia, apegos… etc.
Y hay lenguajes que construyen la relación con los otros. ¿Qué tan bien te comunicas con las personas? ¿Que saben ellas de vos… cómo y cuánto transmites de vos mismo?¿Cuanto sabes de ellas? ¿conoces sus sueños, sus temores, sus anhelos?¿Que haces para conocerlos más? ¿Qué cantidad y calidad de tiempo dedicas a quienes dices amar, a quienes tienes a tu lado hoy?
La inmensa mayoría de nuestras relaciones importantes dependieron de nuestra capacidad de escucha y comprensión, de las preguntas que hayamos sabido hacer, del permiso que nos damos para expresar amor, de nuestra tolerancia y paciencia y nuestra honestidad en las respuestas.Toda conducta es una forma de lenguaje capaz de construir relaciones y realidades.
Publicar un comentario