Te llamo mío y me digo tuya...
Te ofrezco el soy que atesoro, y, me comparto contigo por los instantes
Que nos llamamos nuestros.
No hay promesas que nos aten, ni eternidad que nos una...
Y solamente, nos prestamos, nos compartimos...
Violando la soledad de otros, habitando ausencias,
Sonriendo lágrimas... Quitando el óxido de tanto amor podrido...
Ahora, te enredo en mis piernas,
Me fundo en tu piel... Y tus poros muertos me respiran...
Beatriz Fonnegra.
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