Con la mitad de tus recuerdos... los otros, esos otros, los quiero morir yo...
Agonizarte, hasta enterrarte y parirme.
Ya no importa quién amó más, ya no cabe el beneficio de la duda,
Si fue o no real... Ahora, ahora somos viento.
Me quedo, con el soy que me creció, con la fuerza de la derrota,
Las sonrisas de mis lágrimas...
Hubieras podido alejarte, hubiera podido alejarme...
Pero, este masoquismo con piel de amor, se disfrazó de fe...
Fe de vestir de ti tu ausencia, de tus labios los besos oxidados.
Y pensar, que usamos nuestros días para saber quiénes éramos,
Y, nos equivocamos al llamarnos nuestros,
A engañar nuestro vacío con nuestros cuerpos.
Sí, no me quedo con nada... Salvo, con esta mujer que murió para nacerse.
Olvidaré tu olvido, y la memoria de tu silencio...
Ya no serás, no te seré...
Y por fin, nos reencontraremos llenos de otros, vacíos de nosotros...
Y, si te veo algún día, te sonreiré... miraré al cielo
Y sabré por fin, porqué tenía que ser así.
Desafiamos el destino,
Cuando era ese mismo destino, quien nos negaba una y mil veces.
Beatriz Fonnegra.
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